lunes, 28 de junio de 2010

Una Erótica de la escuela

Traducción parcial del artículo: Une érotique de l’EcolePor Amílcar Gómez

P. Monribot
Ornicar 50



“No es nada anodino que un sujeto empujado al análisis por un impasse con una mujer pueda un día concluir por un impasse con una Escuela”.

El corazón de la Escuela no es ni el Nombre-del-Padre, ni el falo totalizante, sino el vacío de S(A/). Esta proximidad con el no-todo, es un punto de afinidad esencial con la posición femenina.

Tratándose del no-todo, J.-A. Miller escribe en “Orage et colombe” que el éxtimo “introduce con él el no-todo”, por lo que, dice-el, el “excepcionaliza”. Retengamos ese término para dar cuenta, y deduzcamos que el AE, por su función éxtima, es un pasador del “no-todo”, lo cual lo anuda igualmente a la posición femenina. Viéndolo bien, preferimos la versión femenina del AE a su versión histérica, marcado por Eric Laurent bajo el trazo de “El AE de oposición”. Es verdad que hay otros modos de subversión del sujeto (Escuela) que la denigración o la insatisfacción permanente.

Hay entonces, por resonancia del no-todo, un tropismo, si no es una equivalencia, entre lo real que centra la escuela y aquel que especifica su analista.

Me ha parecido clínicamente que el lazo del sujeto con la Escuela está estrechamente ligado a la forma como se ha podido arreglar con una mujer, con la feminidad, en la cura. Deseo explicitar este punto a partir del pase de un hombre, puesto que eso tiene consecuencias políticas.

Ese sujeto masculino pretendía amar a las mujeres. Un sueño de analizante desnuda la visión fantasmatica: controlar fálicamente el goce de una mujer y hacerse el espectador.

Otro sueño, pre-conclusivo, lo desaloja mas tarde de esa posición. Él se da cuenta de una superchería: su partenaire sexual se muestra como un ensamblaje de pedazos de cuerpo de diferentes mujeres. Él intenta vanamente escribir La Mujer, para hacer resplandecer la relación sexual. Ese sueño lo despertará, y no solamente de su sueño de esa noche. El desmentido opuesto a la inexistencia de La Mujer es levantado; él deberá considerar eso que se llama “el amor”.

Él se da cuenta que su “amor” por las mujeres, no solamente objetaba al amor por una mujer, sino que enmascaraba el odio del cual no quería saber nada. Este odio respondía a dos puntos lógicos en la estructura.

Esta participa de entrada en el objeto pequeña a: aquí, el cuerpo femenino fetichizado en pedazos. A propósito, en “Un Discurso que no sería de semblantes”, Lacan precisa: “Para que un racismo se constituya, no es necesario una ideología, es necesario un plus-de-goce. “El racismo anti-mujer es correlativo de la fetichización del cuerpo femenino, impuesto por la lógica del fantasma masculino. Esta segregación típicamente masculina tiene sus días contados, según la opinión de Lacan en el Envés del psicoanálisis: “No se ha terminado, (…) en tanto que la pequeña a, (…) manifieste que ella es (la segregación) efecto del lenguaje”.

El otro proceso causal del odio sale del “no-todo”. La mujer materializa en el mejor de los casos la figura del Otro real, dotada de Otro sexo, capaz de Otro goce. Pero veamos cómo podemos leerlo en Encore (Aún), “el sexo corporal, el sexo de la mujer (…) no le (al hombre) dice nada” puesto que esta fuera de lenguaje. Ese hueco lenguajero se verifica en la cura.

Es ese sexo ahí, situado fuera del lenguaje, que hace cabalgar al hablante-ser en un galope perdido de entrada. Lo inatrapable de este Otro goce suscita el estrago de un lado pero también del otro, el agotamiento y el odio. “No es verdaderamente singular, enuncia Lacan en la Ética del Psicoanálisis, extraño, que un ser se reconozca tener celos de otro, hasta el odio, hasta la necesidad de destruirlo, lo que no es capaz de entender de ninguna manera, por alguna vía intuitiva? “

El goce femenino escapa de la suerte de la unificación fálica: hay de hecho mas allá un verdadero odio por el “no-todo” en la neurosis, que vale tanto para los hombres como para las mujeres, a la vez que hace falta hacer una clínica diferencial según el sexo.
…La toma en masa de la libido responde a una fetichización de la escuela. Es la Escuela por el fantasma…