Por
Amílcar Gómez L.
A partir
de la proposición de Enapol y la AMP de pensar la Clínica de lo Real, el
cuerpo y el acontecimiento, me han surgido las preguntas generales: ¿Que
es un Cuerpo?, ¿Qué es lo real?, ¿Hay un nuevo real?, ¿Que es un
acontecimiento?
Habíamos
pensado el cuerpo imaginario de la relación especular, el a – a´,
la relación entre el yo y su imagen, y con ello nos encontrábamos con una
aproximación a la Clínica de lo Imaginario, en las alteraciones de la imagen
del cuerpo, introduciéndonos en la diferencia central entre el yo y el cuerpo,
el cuerpo yo no es el cuerpo imagen. Ese primer objeto cuerpo fue tomado por
una clínica que creyó que allí estaba el meollo del asunto, la relación de
objeto. Entonces, si se piensa la posibilidad de lograr una armonía entre el
cuerpo y su imagen, tenemos la idea de que todo se puede arreglar. Al
introducir la categoría de lo simbólico ya planteada por Freud en la
Interpretación de los Sueños, Lacan logra encontrar el objeto privilegiado, el
falo, pero negativizado, como una falta estructurante, el – fi. El significante
que nombra el objeto, resalta su ausencia, este no puede ser encontrado,
creándose el borde, alrededor del cual se mueve la pulsión. Tenemos entonces un
cuerpo vaciado por lo simbólico, un real agujereado. Ya no es el cuerpo imagen,
sino un cuerpo real – simbólico. El nuevo objeto será el objeto a y el
eje de esta clínica será el fantasma, y su travesía y construcción será la
nueva clínica. Este objeto, produce una especie de estabilización o equilibrio,
que hay que hacer vacilar para que aparezca el síntoma.
Todas
estas formaciones las encontramos de entrada en la Clínica Psicoanalítica, y
podemos categorizarlas como formaciones de goce, imaginario, fálico, fantasmatico,
pulsional, goces del cuerpo y del significante.
Pregunta:
¿Que orienta a Lacan en la clínica? Y en el proceso de encuentro de estas
nuevas modalidades. Me parece que la escucha y la posición del analista, y el
cuerpo. El analista siempre se encuentra en una posición de desventaja ante el
cuerpo, este dice más de lo que se escucha, y es una invitación al analista
para que revise su posición en la escucha. El cuerpo entonces estará situado
más allá de las determinaciones significantes dadas por el Otro, en el
inconsciente freudiano, de la palabra y del lenguaje.
El nuevo cuerpo, determinado por la lalengua, se
puede encontrar en los nuevos sintomas, tales como los tatuajes del cuerpo, la
violencia, la agresividad, las adicciones, goce puro sin sentido, que no
responde a ningún discurso y que funciona como un acontecimiento del cuerpo,
que lleva a cambiar el estilo interpretativo, siendo la posición del analista
la de ofrecer un vacío para que el sujeto aloje su goce singular.